lunes, 13 de octubre de 2008

Caída de la bolsa


El mundo tiembla y con razón. No hay nada más odioso que la caída de la bolsa. Porque cuando esto ocurre la gente ve que hemos comprado maquinitas de afeitar para las piernas, agrandadores peneanos, la biografía de Roberto Gómez Bolaños (con fotos), lencería comestible, vaselina y pétalos de rosa, sidra en botella de plástico, copia pirata de lo mejor de Rocco Siffredi, palmitos y todo ese tipo de cosas que tratamos de esconder cobardemente.

En EEUU es peor: las bolsas son de papel y se desfondan.

"La caida de la bolsa es una consecuencia pura de lo que sucede en el mundo", afirmó el economista de Hoy es Lunes. Y agregó que "la economía mundial se está desacelerando fuertemente" (se sabe que cuando algo desacelera fuertemente, lo que lleva encima sale volando). "Lo llamativo es lo que les está pasando a los países subdesarrollados: que se les caiga la bolsa a los otros se comprende, pero los pobres ni siquiera ingresan al mercado, y, si lo hacen, compran poquitas cosas."
Almacenero consultado sobre cuál será el escenario para la Argentina estimó que "las bolsas argentinas van a estar tan afectadas como las del resto del mundo, luego, si mejoran o resultan más afectadas dependerá de si la cajera te las pone dobles o anda escatimando".

Lo cierto es que ya no se habla de un día negro para las bolsas. Vamos contando la semana, y la gente anda modificando sus hábitos de consumo. Por el momento, sólo se ven rodar naranjas por el suelo.
[Nota: sí, la foto la robamos de imagebank y no le borramos la marca de agua porque somos malos]

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Para más información vea el articulo sobre 'Bolsas en los ojos; esto se veia venir' ¿anticipo a la desgracia capitalista?

Chechi dijo...

jaa, es interesante que no se me haya ocurrido pensar en la caída de la bolsa como "la caída de la bolsa"...

Chechi dijo...

Entonces, ¿cómo podrá recuperarse la bolsa? debemos tener claro que hay menos probabilidades de recuperar una bolsa de plástico que una de papel, polietileno o pvc. Además, debe tenerse en cuenta los factores externos, como el viento o la posibilidad de que nuestra bolsita vaya a parar en un charco de agua o se enrede en los pies de alguien.