Luego de años de escuchar hablar de este hombre y de confundir su imagen con Papá
Noel, los
troskos perdieron los derechos de la edición del texto de
Marx y nuevos hallazgos conmocionan al mundo. Traductores de los países más
representativos de la humanidad, entre los que se encuentran
Haití,
Ruanda, Palestina y
Surinam, se abocaron a la tarea de desnudar a
Marx (valga la licencia poética para referirse a la traducción) para bañarlo y
redescubrirlo.
Mijaíl Gómez, un cura franciscano encargado del capítulo 6, comenta: "Cuando tuve en mis manos el texto original, un poco manchado con salsa de tomate y babas que habían dejado los
troskos, no pude creerlo. Traducir es traicionar, siempre, pero a veces
directamente es
transformar en
cacona".
Gómez muestra los papiros de
Karl y señala con su dedo índice: "Estos signos de acá son el título, y no dicen (como siempre nos hicieron creer) 'capital', sino 'capilar'. La obra completa de este señor trata del cabello. De ahí la foto con la que pidió siempre fuera acompañado cada volumen".

Así es que, más tarde que temprano, la historia nos vuelve a dar una cachetada cariñosa pero
edificante. Y editorial Hoy en Lunes le hace llegar a su casa, en entregas semanales, los fascículos de El Capilar de
Karl Marx. Con la primera entrega, fascículos 1 y 2 y una peineta marxista de regalo.
Al finalizar la colección, usted podrá canjear los fascículos por un tomo único de 5000 páginas, tapa dura y rueditas.
Recupere su cabello.
Júntelo del suelo. Y
hágale fuck you a los
troskos.
De próxima aparición: La revolución
permanente.